viernes, 30 de septiembre de 2011

Max Weber :Clases, Estamentos y Partidos Políticos (Weber y Estratificación Social)

Max Weber desarrolla una teoría  donde los indicadores ideales para la medición empírica de las clases de alguna manera están en correspondencia con la situación de los actores en el mercado, sobre todo en el mercado del trabajo, como la dimensión espacial más relevante del destino de vida personal en las sociedades modernas. Lo fundamental en Weber era disponer de indicadores de la situación de clase en los ámbitos económicos, políticos y sociales. Weber en su teoría, va mas allá de los criterios de situación de clase relacionados con un orden objetivo y de tipo material, pues considera otro tipo de criterios en la determinación de la situación o posición de los agentes en el sistema de estratificación, incluyendo otra forma de diferenciación social, a saber, los “grupos estamentales”. Para introducirnos en ello, es necesario comprender que para Weber el fenómeno de la desigualdad social está fundamentalmente  ligado a la distribución de del poder en la sociedad, comprendiendo que Weber entiende por “poder”, una o la probabilidad de que en una relación social un actor pueda imponer su voluntad sobre otro, pese a que este último no esté de acuerdo. Dicha probabilidad podría residir en algún principio de legitimidad que le otorga al poder un carácter de autoridad o dominación legítima. Las clases sociales son de esta manera una manifestación de dicha distribución desigual de poder, en relación con la disponibilidad sobre bienes y servicios que deriva de la situación que se ocupe en el mercado. Pero a su vez existe una distribución desigual de poder que Max Weber identificó con el prestigio y el honor social. Esta forma de poder no operaría en el ámbito económico en tanto que una de las características del mercado, desvía toda consideración de tipo subjetiva. Weber escribe que el mercado no repara en el individuo, solo en la cosa, pues está abandonado a su propia legalidad y en su misma base, aparece como extrañado a toda confraternización o procesos de sociabilidad. En cambio, el poder social que se expresa en el prestigio y el honor no operaría en el ámbito económico, sino más bien en una dimensión social. En las sociedades modernas aun quedarían elementos relacionados con el honor estamental de las sociedades tradicionales, un prestigio asociado a determinados modos de vida que son característicos de algunas comunidades como los antes mencionados grupos estamentales. Weber describe el fenómeno de transformación de la acción social en relación a la adquisición de bienes, acción política y la asociación. Estos elementos estarían asociados a cierta posición social que conlleva un cierto grado de prestigio. Esta sería una forma de diferenciación distinta a las clases, pues para el autor estas últimas constituyen una forma de acción típicamente social, es decir, con base no en una multiplicidad de intereses, sino más bien en determinados principios valorativos y un sentido de pertenencia por parte de sus miembros, y este argumento otorgaría al concepto de clases un carácter menos impersonal. Lo fundamental aquí es que los grupos estamentales dan cuenta de la importancia que la dimensión simbólica adquiere en la esfera de la estratificación social. La sociología de Weber busca apartarse de una concepción de las ciencias sociales basadas en las ciencias naturales, es decir, el positivismo francés decimonónico. Tomando elementos de las ciencias del espíritu, incluye el método de comprensión hermenéutico (verstehen) en su teoría, que daría cuenta del sentido que mueve a los actores en la acción social. De esta manera crea tipologías (esferas no mutuamente excluyentes, a diferencia de las categorías) y de esa manera va desmenuzando metódicamente los distintos matices del mundo social humano. A través de su individualismo metodológico, Weber da cuenta que la valoración de las significaciones son fundamentales para comprender a las clases sociales (vinculada a la subjetividad), siendo estas el mecanismo más importante de estratificación de las sociedades contemporáneas. Descomponiendo el objeto de estudio (tipologías, nominalismo), entiende que las clases pueden estar afiliadas a un ámbito cultural, ideológico, simbólico y también al ámbito económico material. Weber intenta apartarse de las visiones totalizantes como el marxismo de tipo economicista, buscando un estratificación que incluya la multiplicidad de los diversos factores dentro de las clases sociales, donde los agentes tendrían un dinamismo relacionado con su capacidad electiva dentro del mismo proceso de la modernidad. La singularidad expresiva de los sujetos no estaría determinada por estructuras de clase que determinarían al actor, sino más bien por los propios procesos asociativos múltiples (castas, estamentos, modos de vida, partidos políticos). En ese sentido clase vendría siendo solo un tipo de asociatividad que en la matriz comprensiva estarían sujetos a diversos procesos de tipo histórico, a constructivismo, pautas normativas, desplazamiento de las acciones, etc.) Weber critica la visión marxista en relación al concepto de clase social, donde esta sería solo en efecto de la contradicción capital-trabajo, o dicho de otra manera, un efecto de la participación del campo del trabajo, es decir, en el reino de la necesidad  (economicismo estructural). Weber no busca reivindicar una matriz de tipo político en lo que a clases sociales se refiere, separando lo que en una de sus últimas conferencias refiere como “El político y el científico”. Para Weber las clases sociales no son comunidades, pues como antes señalé, sino que estas representan solo bases posibles de una acción comunitaria relacionada con el sentido que los actores le dan a esa acción en relación con los otros actores (acción social) y en ese sentido clase social, sería todo grupo de personas que se encuentra en la misma situación de clase (posición ubicada en el mercado), sean estas positivas o negativas, dicho de otro modo, la posesión o no posesión” , serían las categorías fundamentales de toda situación de clase, tanto si tienen lugar en la esfera de la lucha de precios como si se efectúan en la esfera de la competencia”[1] Esta lucha por la posesión de bienes, no tendría un efecto de comunidad, pues estos supondría un tipo de homogenización de las practicas culturales y de las formas de subjetividad, que aparecerían como conciliadas en un imaginario valórico y político que generaría un cierto tipo de simbiosis social .Max weber rechaza esta colectivizaciones de la acción social, representarían un totalitarismo que niega todo proceso dinámico de individuación. Por ello refiere una crítica al supuesto marxista de “interés de clase” (conciencia), que le parece equívoco, entendiendo que según el marxismo este sería diferente al interés derivado de la situación de clase. “En modo alguno constituye un fenómeno universal que, a consecuencia de una posición común de clase, surja una socialización, o inclusive una acción comunitaria”[2] Esto no sería más que una “acción de masas”, una acción comunitaria amorfa (sic). Si las clases no son comunidades en sí mismas, Weber dice, solo surgen desde las comunidades. Pero esta acción es una acción entre los pertenecientes de diferentes clases, donde se reúnen variadas significaciones entre sujetos, es decir, la multiplicidad de los actores.


[1] Weber, Max, “Economía y Sociedad”, pág. 684
[2] Ibíd., pág. 684

1 comentario:

  1. hola, muy bueno e articulo. Pero no queda muy claro la distinción entre "clase", propiamente dicha, y "clase social" que hace Weber.

    Saludos!

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